La huella imborrable.
Internet podría describirse como el “ojo que
todo lo ve”. Inmersos de lleno en la sociedad digital,
aprovechamos al máximo todos los recursos que la red pone a nuestra disposición
creyendo que lo hacemos de la manera correcta, pero en gran parte de las veces,
ignorantes y desinformados nos exponemos y damos a conocer de una forma que no
es como desearíamos, pero una vez hecho, ya no hay vuelta atrás…
Diez ejemplos de la huella digital que dejamos en internet podrían ser los que
se muestran a continuación.
1. Una vez registrados en cualquier red social es tremendamente complicado, por no decir
imposible, borrar nuestra identidad de ella. Ejemplos de esto puede ser el caso
de Tuenti o Facebook. A estas redes subimos fotos y contenidos que
creemos compartir solo con aquellos a los que consideramos “amigos” en la red pero no es asi, una vez subida esa
foto pasa a formar parte de los archivos de los propietarios de la red social
que estemos utilizando, de modo que, si alguna vez subimos o alguno de nuestros
“amigos en la red” suben cierta foto en la que no salimos muy bien parados,
podremos borrarla de nuestra cuenta y que no se pueda tener acceso a ella desde
ésta, pero esa desafortunada foto habrá pasado al historial de la red
social para siempre.
2. Inconscientes, descargamos archivos poco fiables en
Internet. A través de estas descargas, nuestro ordenador puede ser invadido por virus troyanos que tengan acceso a toda nuestra información
que en el albergamos. De esta forma nuestra privacidad pasa a ser algo
totalmente público.
3. En el propio campus
virtual de la
universidad estamos dejando una huella imborrable puesto que una vez
registrados, basta con poner nuestro nombre completo en el servidor para que se
nos relacione instantáneamente con la universidad a la que pertenecemos y la
carrera que estudiamos.
4. 140
caracteres bastan
para escribir que estamos haciendo en este momento, donde vamos a ir, que es lo
que nos gusta y lo que no, que opinamos sobre cierto tema, hablar de política,
de ciertas personas…es el caso de Twitter;
inconscientemente, los usuarios de esta red social dejamos información de todo
tipo acerca de nosotros a la que cualquiera puede tener acceso.
5. La red nos permite llevar a cabo determinadas gestiones y
acceder a nuestra cuenta
bancaria en un
solo clic. Cuidado, quizás estés dando más información de la que crees y
alguien este viendo lo mismo que tú en tu cuenta personal del banco.
6. En LinkedIn podemos dejar plasmado nuestro curriculum de
modo que cualquiera que lo desee puede tener acceso siempre que quiera a tu
perfil profesional.
7. Los videos que subimos a YouTube pueden ser vistos por cualquier persona en
cualquier punto del mundo.
8. Los nuevos Smartphones no guardan nuestra intimidad tal y como creemos. Hackers pueden tener
acceso de forma sencilla a nuestras fotografías y videos más personales y a las
conversaciones que creíamos tan privadas e intimas.
9. Aquello que hicimos alguna vez, con solo escribir nuestro nombre en la red podemos encontrarlo. Aparecemos en más sitios
de los que creemos.
10. Los Blogs que realizamos dejan nuestra
huella en la red. En ellos subimos contenidos que cualquiera puede tener acceso
a ellos y que dejan un rastro nuestro fácil de perseguir.
En definitiva, la
huella digital que dejamos a cada “paso” que damos en la Red queda permanente e
imborrable en el tiempo, así que hemos de aprender a ser
mas conscientes y precavidos con lo que hacemos y dejamos de hacer
pues no solo
somos nosotros dueños de nuestra identidad en Internet si no que también lo son aquellos que ni
siquiera conocemos ni somos conscientes de su existencia. El derecho al olvido en la Red
parece no existir.